La Corona Mágica

12.12.16

CUENTO 5º CUMPLEAÑOS DE ELÍAS

(Recordad que las palabras subrayadas son para comentar su significado, con ayuda del diccionario)

* Este es un cuento original de El Timón Alado













Érase una vez, en un recóndito lugar entre elevadísimas montañas, un niño y una niña que paseaban por una verde pradera. 

De vez en cuando oteaban el horizonte como buscando algo entre los arcoíris y las blanquísimas nubes que surcaban un cielo tan azul que hacía soñar.

-¡Qué alegre es la primavera!- exclamaban de tanto en tanto.

Eran muy amigos. 

El niño, que se llamaba Pepe, era muy apuesto y cordial, mientras que el rostro de la niña, llamada Bella, hacía honor a su nombre entre larguísimos y dorados cabellos. Resultaba encantador verlos juntos en su inocencia. Tenían sólo cinco años.

Caminaban hacia las Montañas del Norte, donde residía el gran Dragón, el temible Percy. Según la leyenda, Percy era el Guardián de la Corona Mágica.

Y eso, precisamente eso, era lo que los adorables niños andaban buscando… ¡La Corona Mágica!

Según se comentaba por toda la comarca, tal corona tenía poderes mágicos. 



Podía convertir cualquier cosa en otra muy diferente, aunque había quien decía que más bien lo que ocurría a su contacto era que revelaba a cada uno su verdadera naturaleza.

Así que tras una larga caminata, llegaron al antro donde residía el enorme dragón y se quedaron frente a la entrada como aguardando. Eran muy valientes.

Finalmente decidieron asomarse dentro de la cueva y comenzaron a susurrar el nombre de Percy.

Pero… ¡Quién podía atreverse a despertar la ira de un dragón tan terrible!

El furioso dragón no tardó en hacer acto de aparición.

Se escucharon tremendos alaridos y un fuerte golpeteo de alas… ¡Era Percy que acudía a la entrada de la caverna lanzando llamaradas furibundas!

Cuando llegó allí y se encontró a los dos niños frente a él mirándolo con unos ojillos entre curiosos y juguetones, el horripilante monstruo se quedó de piedra.
No daba crédito a tan increíble situación.

¡Pero si nadie se atrevía a acercarse a su territorio! 

iNi siquiera el mayor de los héroes humanos, el gran Hércules, se atrevió nunca a cruzar el río! 

¡Ahora tenía dos pequeños delante de sus tremendas y humeantes narices! ¡Y no les asustaba!

Los niños, al verle, lejos de reaccionar con temor, se acercaron aún más y le dijeron algo al oído.

Entonces el enorme dragón comenzó a lloriquear hasta alcanzar un llanto amargo y profundo.

… Lloró y lloró con lagrimones de dragón hasta que sus ojos enrojecidos se quedaron secos.

Entonces decidió cubrir a los niños amorosamente con sus alas membranosas.

¡Aquello sí que era un abrazo! ¡Era un abrazo de dragón!

¡¡¡Alguien le había pedido a Percy ser su amigo!!!

Era tal la alegría del dragón al comprobar que por vez primera en toda su milenaria vida, ante él contemplaba la presencia adorable de un par de AMIGOS, que decidió regalarles la corona que custodiaba desde tiempo inmemorial.

Así fue que Pepe Bella consiguieron la tan anhelada Corona Mágica.

Y gracias a la Corona Mágica pudieron convertirse en un príncipe y una princesa…

¡Se había revelado su Verdadera Naturaleza!

Y ya que habían cambiado de identidad, decidieron a partir de entonces cambiar también de nombre: 

A partir de ese momento se llamaron Arturo Rapuntzel

Y este par de principillos con el tiempo se convertirían en los Reyes de toda la Comarca, los Reyes de todas las Extensas Tierras del Dragón Dorado, Guardián de la Corona Mágica, Gran Mascota del Imperio de la Amistad.

Y colorín colorado… ¡¡¡LA CORONA MÁGICA YA SE HA ENTREGADO!!!

MORALEJA: “La alegría de la auténtica amistad... ¡proporciona magia!”

AUTORES: Alba, Alex, Aurora, Álvaro, Elías, Eva, Gonzalo, Lucía, Miguel, Pablo, Yeray, Rodolfo, Samuel
FACILITADOR: Eduardo Glez

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