
Y desde ahí contestaré a la pregunta que yo como madre me hago casi todos los días, sobre todo ahora que mis hijos aún no han echado a volar: “¿qué quiero yo para mis hijos?”. Está claro que la respuesta es muy sencilla “yo quiero que sean felices y si además son guapos, listos, estudiosos y demás… mejor”, jaja, en realidad esto último me sobra, porque son mis hijos y les voy a querer igual.
Pero ¿qué me diríais si a mi petición de que sean felices le puedo añadir, el que aprendan cosas que les sean útiles en su vida diaria, que les haga crecer como personas y que les ayude a saber qué quieren en la vida y qué tienen que hacer para conseguirlo? Si tú que estás leyendo estas líneas también deseas esto para tus hijos, entonces está claro que les tienes que traer al Timón Alado.
Aquí aprendemos, por el simple hecho de disfrutar aprendiendo, compartiendo con otros, desarrollando lo que mejor se le da a cada uno, haciéndose valer y siendo valorado, respetado y querido por los demás. Aprendemos a volar con una fuerte autoestima, siendo consciente de mis limitaciones, pero también sabiendo sacar partido de mis cualidades. Aprendemos a fluir con las circunstancias que la vida nos ofrece, siendo conscientes de que algunas veces son favorables y otras no, pero esto no nos va a impedir el seguir volando, el llevar el timón del barco de nuestra vida a buen puerto, al puerto que quiero para mí y para mi vida.
Y además de todo ésto ¿qué consigo?: “La felicidad”, porque cuando uno alcanza ese estado de presencia y coherencia de lo que quiere en la vida y de cómo conseguirlo, se siente pleno. Y aunque la vida le ponga dificultades, no serán tales, sólo serán nuevos retos para seguir creciendo y avanzando hacia su propósito, hacia el objetivo que se he marcado en la vida.
Recordad que… “El tesoro más preciado está dentro de tí” Y después de todo ¿te animas?, ¿despegamos juntos? Tú lánzate yo te sostengo… … tú puedes porque yo también puedo.
Lola Sánchez (Bhairava)
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