CUENTO
DE NOVIEMBRE
*Este cuento es original de El Timón Alado
DOS
TESOROS Y UN DESTINO
Un
precioso día se encontraron dos seres fantásticos en la zona
boscosa del parque de una bella villa portuguesa.
Uno
de ellos era Peter, un americano aventurero que se hallaba en la
península de visita de negocios. El otro era oriundo de
Lisboa y su nombre era Paulo.
Coincidieron
los dos al dirigirse de buena mañana a la fuente. Peter quería dar
un buen trago matutino pues tenía la boca reseca por el
exceso de pasteles y gominolas de la noche anterior. Paulo tan sólo
deseaba lavarse un poco la cara para terminar de despertar
completamente.
-¡Good
morning, amigo!- exclamó Peter sorprendido. -No sabía que hubiesen
duendes por estos parajes-
-¡Y
no los hay!- soltó sin más Paulo.
Tras
un suspiro soñoliento, añadió:
-Yo no soy un duende. Yo soy un
elfo. Los elfos somos diferentes.
-Ya veo.
No lo sabía, amigo. Nunca pude distinguir entre duendes y elfos. Yo
soy un enano de los de siempre...
-¡Pero
eso sí, más americano que el Día de Acción de Gracias!- exclamó
riendo Peter.
-¿Y
qué te trae por estas tierras íberas?-
preguntó un tanto intrigado
Paulo.
-Como
buen americano me dedico a las transacciones
comerciales, y como buen enano, a la alta joyería y las piedras preciosas. Mis ancestros
fueron todos mineros allá en América. De ellos me llega mi afición
por el oro y los diamantes. Uno de mis sobrinos que habita en las
islas Azores me informó de que por aquí cerca se halla un antiguo
tesoro procedente de las minas brasileñas. Debe llevar siglos escondido.
Probablemente desde los inicios de la colonización portuguesa del
Brasil-
Paulo
se quedó un tanto pensativo y finalmente añadió:
-A
nosotros los elfos no nos interesan tanto ese tipo de tesoros.
Preferimos la naturaleza en estado puro. Aborrecemos el comercio en
general y especialmente el negocio de lo artificial. Sin embargo,
creo que nos podemos ayudar mutuamente. Yo también busco un cierto
tipo de tesoro. Voy siguiendo indicios
y creo que me hallo muy cerca ya de su paradero-
Y
así fue como Peter y Paulo intercambiaron todo tipo de información
incluyendo diversos mapas para dirigirse juntos hacia una pequeña
gruta que se encontraba a escasos metros, justo encima de un
manantial.
Y
allí, en la misma entrada de la estrecha cueva, los dos compañeros
exclamaron: -¡Ahí está. Esa es la señal, es la señal!-
-¡Sí
ese dragoncillo junto a la piedra es la señal!- dijo Peter.
-¿Qué
dragoncillo? ¡La señal es la libélula que ahora se posa en la roca
del otro lado!- replicó
Paulo.
Y
diciendo esto, los dos se encaminaron rápidamente hacia allí y
entraron en la gruta, cada uno por un lateral.
-¡Un
cofre! ¡Es el cofre del tesoro. Es el cofre que custodiaba el
dragoncillo!- gritaba Peter enardecido.
-¡Un
cofre aquí también! ¡Es el cofre que guarda las esencias
preciadas, el cofre que custodian las libélulas!- afirmaba Paulo
entusiasmado.
Se
abrazaron cada uno a su cofre y se miraron a los ojos... Su expresión
era idéntica...
…Se
podía leer en sus miradas: ¿Los
compartimos o no?
Habían
hallado en el mismo sitio, cada uno su tesoro. ¡Y seguramente serían
tan distintos el uno del otro!
Cuando
abrieron los cofres se quedaron estupefactos.
En el cofre de Peter, todo eran joyas, monedas de oro y piedras
preciosas de valor incalculable. Pero es que en el cofre de Paulo
hallaron varias bolsas con polvo de hadas, tarros de la esencia de
invisibilidad, y hasta un frasco repleto del elixir
de la eterna juventud.
Parece
ser que finalmente decidieron compartir sus respectivos tesoros,
puesto que al poco tiempo comenzó a correr como la pólvora el rumor
de que por aquellas comarcas existían ciertamente unos gnomos
enjoyados que aparecían y desaparecían a su antojo
repartiendo estelas
doradas a su alrededor.
"Y colorín, colorado... dos seres fantásticos se han aliado"
Moraleja:
“Riquezas y
pura Magia pueden compartir un mismo camino... y en ocasiones un
mismo destino”
Autores: Nayala, Elsa, Uriel, Jaime, Elías.
Facilitador: Eduardo González
Autores: Nayala, Elsa, Uriel, Jaime, Elías.
Facilitador: Eduardo González
Ahí tenéis el cuento de este mes de noviembre...
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